Entre marzo y junio de 2022, el Hospital Neonatal Ramón Carrillo de la ciudad de Córdoba , Argentina, fue escenario de una serie de crímenes que dejaron al país en estado de shock. Cinco recién nacidos murieron y otros ocho estuvieron al borde de la muerte tras ser víctimas de inyecciones letales de potasio e insulina administradas deliberadamente por una enfermera del centro médico. Este caso escalofriante culminó con la condena de cadena perpetua para la principal acusada, Brenda Agüero , y penas menores para altos cargos del hospital implicados en su encubrimiento.
La Secuencia de Muertes
Todo comenzó el 18 de marzo de 2022 , cuando Francisco , un bebé sano nacido por cesárea sin complicaciones, murió repentinamente dos horas después de su nacimiento. En ese momento, su muerte fue atribuida a causas desconocidas, pero pronto se revelaría un patrón aterrador:
- Benjamín , nacido el 23 de abril , vivió apenas diez horas.
- Ibrahim , nacido el 23 de mayo , también falleció sin explicación aparente.
- El 6 de junio , dos bebés más, Angeline y Melody , murieron en el mismo día.
Las autopsias realizadas tras las denuncias revelaron que todas las muertes fueron causadas por hiperpotasemia , un exceso de potasio en sangre provocado por inyecciones intencionales de esta sustancia.
La Denuncia y la Investigación
Las sospechas entre el personal del hospital crecieron rápidamente, pero no fue hasta el 6 de junio que dos neonatólogas decidieron actuar. Tras las muertes de Angeline y Melody, acudieron a la Justicia para denunciar lo que consideraban una serie de crímenes deliberados. Las autopsias confirmaron sus temores: las pequeñas habían sido asesinadas con inyecciones de potasio.
El testimonio de las familias ayudó a reconstruir los hechos. En todos los casos, Brenda Agüero , la enfermera condenada, había separado a los bebés de sus madres bajo distintas excusas. Los registros hospitalarios corroboraron su presencia en cada uno de los episodios investigados.
El Patrón Macabro
El fiscal Raúl Garzón destacó que Agüero seleccionaba específicamente a bebés sanos , ya que estos recibían menos controles médicos que los recién nacidos con problemas de salud. La enfermera aprovechaba su acceso a medicamentos y su habilidad para administrar inyecciones para llevar a cabo los crímenes. Según el fiscal, no se trató de errores médicos ni negligencia, sino de actos deliberados y premeditados .
Además de los cinco homicidios, Agüero fue declarada culpable de ocho intentos de homicidio , algunos de los cuales dejaron secuelas permanentes en los supervivientes.
El Juicio y las Condenas
Tras un juicio emocionalmente cargado, un jurado popular deliberó durante diez horas antes de emitir el veredicto:
- Brenda Agüero fue condenada a cadena perpetua por unanimidad, convirtiéndose en una de las pocas mujeres en recibir esta pena en Argentina.
- Cuatro altos cargos del hospital fueron sentenciados a penas de entre cuatro y cinco años de prisión por encubrimiento:
- Liliana Asís , exdirectora del hospital.
- Pablo Carvajal , exsubsecretario de Salud provincial.
- Alejandro Escudero , exsubdirector administrativo del hospital.
- Marta Gómez Flores , exjefa de Neonatología.
Agüero, quien ha estado en prisión preventiva desde hace tres años, se mantuvo imperturbable durante el juicio y negó cualquier responsabilidad, incluso acusando a las madres afectadas de seguir un “guión”. Sin embargo, las pruebas y testimonios presentados fueron abrumadores.
El Impacto Emocional en las Familias
En la sala del tribunal, los familiares de las víctimas colgaron fotografías de los bebés y dibujos de sus pequeños pies frente a la audiencia. Al escuchar la sentencia, algunas personas estallaron en llanto, mientras otras gritaron insultos como “asesinos” hacia los condenados. Para estas familias, la justicia llegó tarde, pero representa un paso importante hacia el cierre de una herida que nunca sanará completamente.
Damaris Bustamante , madre de Benjamín, expresó su dolor durante el juicio: “Nunca podré abrazar a mi hijo. Nunca sabré cómo habría sido su vida”.
Un Sistema Fallido
Este caso también puso en evidencia graves fallas en el sistema de salud pública. Aunque hubo señales de alerta desde las primeras muertes, las autoridades del hospital ignoraron las advertencias y no tomaron medidas adecuadas para investigar los incidentes. Esto permitió que los crímenes continuaran durante meses, cobrando más vidas inocentes.
Los condenados por encubrimiento enfrentan ahora el peso de haber permitido que los asesinatos siguieran ocurriendo. Sus acciones, o falta de ellas, contribuyeron a la impunidad inicial de Agüero y profundizaron el trauma de las familias afectadas.